El recibidor

Tema: Re: El recibidor Vie Jul 17, 2009 12:32 pm

Ladeé la cabeza, con furia, con un movimiento tan contundente como la condena de un dios. Y mis ojos lo taladraron, chispearon, con esa energía que nos caracterizaba a los espirituales. Y por un momento, sin ganas de frenarme, tirando todas las barreras abajo, le informé de cuanto lo odiaba mi instinto, de las ganas de matarlo que tenía aquí mismo. Lo miré varios instantes, sí, y luego, por fin me digné en hablarle.
-El día en el que alguien como yo tenga que apartarse por alguien como usted no ha llegado, milord Laiki -con una sonrisa de todo menos amable. La sonrisa de un lobo, que tan sólo esboza esa mueca por enseñar sus valerosos colmillos-. Hágase paso usted... Si puede, claro -porque yo no me moví del sitio, al contrario, me realcé, destacando el hecho de que yo estaba ahí, y que el metro cuadrado que ocupada era mío y enteramente mío.
-¿Y bien?
Y no obstante, algo turbó mi desafiante postura.
Oh, no...
Galadriel había huido.
Sí, eso pensé cuando mis dedos no fueron quien de seguir agarrando su camisa.
Eso confirmé cuando lo vi desaparecertras la puerta.
Y me quedé ahí, dos segundos.
Dos segundos que fueron más que suficientes para realzar mi cólera.
Rechiné los dientes, y me volví al señor Laiki.
-¡Es usted un imbécil! -bramé, sin piedad ni misericordia, y antes de permitirse siquiera darme una réplica, desvié el rostro con gesto despectivo, y salí de allí a paso sonoro y un tanto ligero.

Tema: Re: El recibidor Vie Jul 17, 2009 12:57 pm

Observé si ni un sólo amago de detenerlo cómo Victor salía de allí. Me quedé en el sitio, balanceándome sobre mis pies, pensativa.
-Así que mi tutor... -comenté en voz baja, para mí misma, al tiempo que, ignorando los hechos que transcurrían a mi espalda, me agachaba y ponía en cuclillas, examinando el suelo con la punta de los dedos. Tracé un recorrido irregular con la uña, todavía pensando, y poniendo en orden mis ideas. Catalogué y guardé todo lo que de momento sabía del tal Victor.
Que era frío y severo, al menos en un principio, y que no parecía gustarle la compañía. Además de que aparentaba estar realmente insatisfecho con los sucesos que continuaban girando a su alrededor.
Era poca cosa, pero suficiente.
Entrelacé mis dedos, apoyando mis codos en las rodillas y la cabeza sobre mis manos.
Lo mejor sería que buscara habitación, me situara y después ya recorrería los alrededores.
Me puse en pie, y todavía lancé una mirada circular para observar todos los detalles. Había llegado más gente, así como la que todavía quedaba allí. Los del espectáculo ya no estaban.
Levanté un pie con agilidad, girando sobre uno sólo de mis talones, e inicié un paso rápido pero no por ello brusco, agarrando un poco mejor mi bandolera y saliendo de allí.

Tema: Re: El recibidor Vie Jul 17, 2009 4:33 pm

-Mejor no le digo lo que es usted, podría alterar su tempestuoso e iracundo carácter -contesté divertido, sin mostrar en ningún momento que su insulto me hubiera afectado.
Estúpida. Mejor que huyera, ya le llegaría la hora. Y lo pagaría caro.
Bajé las escaleras con parsemonia y me paré en el centro del recibidor. No parecía haber nadie, de modo que abandoné el lugar casi de inmediato.

Tema: Re: El recibidor Vie Jul 17, 2009 4:34 pm

Entré sin mucho orden concierto al recibidor, con un bulto de cosas detrás mía, que se me cayó encima. Ébano salió correteando torpemente, con las patas espatarradas, sin coordinar ninguno de sus movimientos, hasta que cayó al suelo de morros.
-¡Ven aquí!- lo llamé entre dientes, en español, sin importarme si había alguien por los alrededores. Tenía claro que debía entrar en aquél castillo, sí, era una de esas certezas raras que anidan en tu pecho, y que no puedes deshacerte de ellas. Odiaba el inglés y los estirados ingleses con su porte rígido y su fría máscara. Igual que franceses y alemanes. Nadie entendía lo que era el sol cálido de las costas mediterráneas, la alegría y el júbilo. Por eso mismo detestaba el cielo gris que se abría tras mi figura.
Fui a recogerlo del suelo, segura de que alguien lo pisaría cuando tropecé yo misma y me caí casi encima de él, aplastándolo.
-¡Mierda!- fue lo primero que se me ocurrió decir.

Tema: Re: El recibidor Vie Jul 17, 2009 4:44 pm

Estaba saliendo de allí cuando oí un ruido. Me giré y vi una muchacha espatarrada sobre el suelo, que al parecer había gritado algo en un idioma no anglosajón. Retrocedí hasta plantarme delante de ella, pero sin dignarme a tenderle una mano, por supuesto. Ahora íbamos a comprobar su estupidez...
-Milady... ¿ha caído por alguna causa en particular o es usted torpe? -le espeté en un inglés perfecto, y con un tono de voz suave y caballeroso, aunque con un deje de burla más que apreciable.
Se veía a la legua que era patosa y estúpida... Otra más para el saco. En fin, a ver si al menos servía para divertirme.
La caza acababa de empezar.
Y aquella totémica inepta era el plato principal.

Tema: Re: El recibidor Vie Jul 17, 2009 4:52 pm

Sonreí pícaramente mientras me incorporaba, con Ébano en brazos.
-¿Es usted un cabrón o simplemente la mitad de un caballero ufano e imbécil?- la mueca se convirtió en una risa dulce, enseñando la blanca dentadura- Sujete esto- le tendí a Ébano, que le enseñó absolutamente todos los dientes puntiagudos en una mueca que distaba de ser cordial. Ignoré al felino y se lo apretujé contra el pecho mientras lo soltaba, sabiendo que o bien lo agarraba o bien le clavaría las uñas en la carne para sujetarse bien fuerte.
Entré dos pesados arcones que dejé caer al suelo. Le pegué a uno una patada.
-La próxima vez que me traigan cuatrocientos arcones y me obliguen a llevarlos haré que la abuela me los traiga en la espalda...- mascullé en hispano, para que aquél que tenía detrás no pudiera oírme. Sabía que así hacía rabiar a la gente constantemente, porque no me entendía- Divertidamente divertido- me volví a él-. Dígame una cosa, ¿piensa ayudarme a subir todas estas cosas o simplemente se quedará ahí plantado con intención de jorobar y no hacer nada por ayudar a aquella que ha llamado <<milady>>? Le aseguro que soy muchas cosas menos esa.

Tema: Re: El recibidor Vie Jul 17, 2009 5:04 pm

Sonreí al oír su patética sarta de insultos. Sí, lo era, era un completo cabrón, lo admitía. Gracias por el halago, señorita.
Enarqué las cejas cuando me tendió a su gato. Ogg... Lo mantuve lo más apartado de mí posible, mientras lo miraba con desprecio. Si hacía el más mínimo amago de rozarme, lo freía allí mismo.
Contemplé con frialdad como aquella estúpida entraba dos arcones a duras penas y mascullaba algo en una lengua desconocida para mí, probablemente hispana o portuguesa. Imbécil... Así que jugando a los idiomas incomprensibles, ¿eh? Yo también sabía jugar, pequeña.
-Estúpida idiota... No sabes dónde te metes, inepta -farfullé en japonés, adoptando un semblante alegre y jovial. Cualquiera entendería que había hecho algún halago. Nada más lejos de la realidad.
Y luego llegó su proposición. Sopesé la idea: no me apetecía nada cargar con aquellos baúles y mucho menos ayudar a aquella estúpida chica. Ya podía rogar y suplicar, ¿yo haciendo algo por los demás? Todavía no se había visto eso. Ni se vería.
-No me apetece, más bien, no quiero ayudarla, ocúpese usted de sus asuntos -lucí una radiante sonrisa y acto seguido la miré con sorna-. Estúpida -añadí en japonés.
Dejé caer el gato sin previo aviso, sin ninguna compasión ni delicadeza. Por mí podía descalabrarse allí mismo. Por desgracia, los gatos siempre caen de pie.

Tema: Re: El recibidor Vie Jul 17, 2009 5:11 pm

Observé cómo Ébano golpeaba el suelo con la barriga y algo en mí estalló. Se desató de otra cuerda. Para colmo, suponía que aquél hombre me había tomado por estúpida.
-Definitivamente, es usted un cabrón- le contesté en japonés, con una tierna sonrisa, nuevamente. Aquella situación me divertía bastante, aunque no me hacía ninguna gracia que hubiera dejado caer así a mi pantera, que en ese momento volvía dando banzados, hasta acurrucarse en mis pies. Lo recogí del suelo y le acaricié detrás de las orejas cariñosamente, mientras clavaba una mirada jubilosa en aquél desconocido- Baka- negué con la cabeza mientras me daba la vuelta y observaba mi monumental equipaje- ¿Así que no piensa ayudarme?- seguí hablándole en japonés, al parecer esa era su lengua natal- ¡PERFECTO!- bufé en español, cambiando drásticamente de idioma.
Me senté encima de uno de los baúles, cruzando las piernas. Arqueé una ceja y mi mirada volvió a encontrarse con la suya, negra como el ónice.

Tema: Re: El recibidor Vie Jul 17, 2009 5:26 pm

¿Sabía japonés? Vaya sorpresa. Tenía que reconocer que me había pillado desprevenido. Borré mi sonrisa por una mueca de desprecio.
-¡Estúpida! -dije en sueco-. ¡Estúpida, estúpida! -repetí en ruso y eslavo respectivamente. A ver si así me entendía. Por fin encontraba utilidad a todos aquellos idiomas raros que me había obligado a aprender durante mi trabajo de asesino a sueldo. En España nunca había estado. Afortunadamente, porque si todas las mujeres eran como ella...
Contemplé divertido como se sentaba exasperada encima de uno de los baúles.
-Oh, ¿qué le ocurre? ¿Necesita mi ayuda para subir los arcones? No cabe decir que ya sabe la respuesta, milady. Sigue siendo un flamante no -remarqué el adverbio de negación, visiblemente satisfecho-. Y creo que usted no tiene nada más que ofrecerme. Ah, lo siento mucho por su gatucho. Haberlo pensado antes de tendérmelo. Pero considérese afortunada, sin duda eso no es lo peor que podría haberle sucedido. Imbécil -concluí en sueco.
Sin siquiera despedirme, eché a andar con paso desenvuelto hacia la salida. ¿Reaccionaría? Lo cierto era que aquellos baúles habían logrado captar mi atención. Seguro que contenían productos caros y exóticos de las Españas... Valdría la pena echarle un vistazo y, porqué no, quedarse con algo.
Me volví hacia ella.
-He cambiado de opinión -esbocé mi sonrisa más siniestra, mientras mis ojos oscuros brillaban aterradores-, supongo que puedo ayudarla...

Tema: Re: El recibidor Vie Jul 17, 2009 5:34 pm

Obviamente, no entendí lo que me dijo, aunque tuve bastante segura de que me estaba insultando en idiomas con un alfabeto distinto a las letras españolas o anglosajonas. Sonreí para mis adentros, sin importarme si veía mi mueca o no. Lo escuché atentamente, incluso cuando dio media vuelta con intención de marcharse y terminó por volver hacia donde yo estaba. Entrecerré un ojo, antes de sonreír de oreja a oreja. Hay un proverbio español que reza: <<que no te den gato por liebre>> y yo no era estúpida. Aquél chico era como mi tío, siempre buscando un pequeño recoveco por el que colarse y robar algo, por el que obtener un beneficio. Aunque era demasiado joven para haber pertenecido al ejército. ¿Entonces...?
Dejé a Ébano a un lado, mientras se tambaleaba en precario equilibrio sobre el baúl. Al parecer, terminó por decidir que el culo le pesaba mucho, puesto que se cayó al suelo de dicha manera.
Me alcé con resolución y me planté ante él. Sin ningún pudor le planté sendos besos en las mejillas.
-Un placer conocerle, aunque sea mentira- le dije con descaro, arqueando ambas cejas antes de volverme y recoger a la pantera del suelo para sostenerla entre mis brazos-, aunque si cree que va a poder sacar tajada de esto... en los baúles sólo hay trastos inútiles como un sinfín de ropa y un montón de bambú de japón. Si quiere el bambú...- sonreí desdeñosamente, habiendo captado su intención desde un primer momento. Una persona así no tiene sentimientos benevolentes en su interior, tan siquiera de lejos.
-Ah, y, arigato- ladeé ligeramente la cabeza en una mueca jubilosa-. Puedes coger ese baúl, que yo cogeré este- olvidé todo formalismo.

Tema: Re: El recibidor Vie Jul 17, 2009 5:43 pm

Estuve tentado de apartarla bruscamente cuando se atrevió a rozar mis mejillas con sus labios. ¿Qué se había creído aquella niñata? Odiaba aquello. Odiaba las muestras de afecto, aunque fueran por mera cortesía como aquel caso. Con una mirada furibunda le previne de que no intentase hacer aquello nunca más si no quería atenerse a las consecuencias.
Después escuché sus palabras... ¿Ropa vieja y bambú japonés? Vaya pérdida de tiempo, hasta en aquello era estúpida. Resoplé, contrariado. Todavía estaba a tiempo de negarme, sin embargo...
Avancé y cogí el baúl que ella había señalado, repentinamente contento con aquel trabajo. Me situé al pie de las escaleras.
-¿Subimos? -le insté, con una sonrisa deslumbrante y un brillo especial en mi mirada.

Tema: Re: El recibidor Vie Jul 17, 2009 5:49 pm

Me detuve en las escaleras, más lejos de él, con el pesado baúl aún tras de mí, inmóvil en el suelo, como un carcelero de piedra.
-¿Eres un demonio?- arqueé ambas cejas, aún olvidando los formalismos. Nunca había tenido la consideración de hablar de usted más de dos segundos seguidos. Su aurea era de todo menos sosegada- ¿Y cómo me puedo fiar de ti...? ¡Tan siquiera sé tu nombre!
Oscurecí la mirada, pero mis labios dibujaron una sonrisa de tiburón.
Definitivamente, me consideraba muchas cosas, y tenía muchos defectos, pero no era estúpida. Eso no.
Esperé a que me contestara antes de agacharme, coger el asa de mi baúl y comenzar a subir las escaleras dando pesados golpes.
-Supongo que no podrás acompañarme... hasta la torre destinada a los de mi categoría... cuánto más lejos, mejor- volví a sonreír de aquella manera espeluznante.

Tema: Re: El recibidor Vie Jul 17, 2009 6:10 pm

Genial. Perfecto. La había hecho dudar, desconfiar. Me tenía miedo, aunque fuera poco. Aquel era el primer paso...
-No, no soy un demonio... -susurré taimadamente-. Soy Daiki Akuma Hollowness, ¿y usted? -escuché lo último que decía, calmado y sin dejar de sonreír-. Oh, tranquila, eso no será un problema -musité, en una voz tan baja que dudaba que me hubiera oído.
Empecé a subir detrás de ella las escaleras con el pesado baúl a cuestas, dando cada paso con cuidado y parsimonia... Esperando el momento idóneo.
Ya era la hora. Llegados a la mitad, arrojé su baúl por el hueco de la escalera con la mayor fuerza posible. Sin duda se desharía en pedazos contra el suelo del recibidor... Rápidamente, me pegué a la pared convertido en una sombra. Si no miraba mi situación concretamente, no lograría destinguirme. Para más seguridad, alcancé la lámpara que alumbraba aquel tramo y con alargar un dedo y rozarla, su luz se extinguó al instante. Aquello me daría más poder para desenvolverme en la oscuridad...
Y esperé, esperé a que se girara alertada por el ruido del baúl impactando contra el suelo, esperé a que se girara para no encontrarme, para que se temiese lo peor... Y entonces, completar mi estrategia.

Tema: Re: El recibidor Vie Jul 17, 2009 6:26 pm

Mis ojos se acostumbraron a la oscuridad rápidamente, refulgiendo su lapislázuli como nunca, cierta ventaja que poseían los demonios. Perfecto. No le di importancia a ese baúl, es más continué sonriendo como un tiburón y me dirigí a la nada. La oscuridad era el tablero de ajedrez perfecto. Yo la reina negra que acosaba al rey blanco.
-Veo que sí eres un demonio además de apóstata, Daiki. Suerte que el baúl estaba lleno de piedras, mi tío me aconsejó que jugase sucio con personas como tú- le brindé una cálida sonrisa-. Yo soy Satán- la sonrisa se trasnformó en oscuridad y retazos malévolos- Hidalgo. Un placer conocerle, la próxima vez pregunte primero que lleva el baúl en verdad, o simplemente, no se crea las mentiras de una mujer- le guiñé un ojo echando a caminar con el baúl detrás a rastras. Ébano mostró todos los dientes en una clara sonrisa de triunfo.

Tema: Re: El recibidor Vie Jul 17, 2009 6:41 pm

-¿Cree que mi romper el baúl era mi objetivo? ¿De verdad piensa que me importa mucho qué tuviera el baúl, como si el epicentro del daño estuviera ahí? ¿Cómo puede dárselas de inteligente y ser tan estúpida, señorita Hidalgo? -mi voz burlona se difuminó entre las sombras, mientras avanzaba junto a su derecha-. El verdadero ataque... es éste -aparecí delante de ella, por la izquierda, de modo que quedase sorprendida, pues por la derecha era mi sombra la que se encontraba, moldeada de manera que pareciese yo.
Le dí un fuerte empujón, con la esperanza de que no lograse mantenerse en equilibrio por el arcón que todavía sostenía y se cayese escaleras abajo.
Sonriendo, me despedí:
-Sayonara, querida amiga -siseé con ironía, destilando maldad. Después, me di la vuelta y salí de allí.

Tema: Re: El recibidor Vie Jul 17, 2009 6:52 pm

Braceé en el aire desesperadamente, pero el arcón que tenía detrás me obstaculizó el paso y, efectivamente, comencé a caer por las escaleras. Ébano se quedó sentado en el suelo, aunque rugió, sólo le emergió de la garganta un profundo gruñido además de agudo.
Lo único que pude hacer fue gritar su nombre, a la desesperada y por propio reflejo, sin pretender haberlo hecho. Mi cuerpo rasgó el aire durante escasos segundos antes de dar con los huesos dolorsamente en los filos de los escalones, con la fuerza centrífuga terminar impulsada durante todo el trayecto hacia abajo hasta llegar finalmente al suelo, donde me propiné un fuerte golpe en la cabeza que me robó el sentido al mismo instante. A penas tuve tiempo de percibir el ramalazo de dolor que inundó mis pensamientos y sentidos antes de que un reguero de sangre comenzase a tintar las marmóreas losas del suelo.

Fdr. JAAAAAAAAAAAAAAAAA ¬¬

Tema: Re: El recibidor Vie Jul 17, 2009 7:12 pm

Después de camianr por los pasillos de la primera planta y haberme acabado los melocotones, mis pies me llevaron hasta el vestíbulo donde presencié un espectaculo, sinceramente, horrible. Un chico, un aspotata me pareció, empujó a una chica totémica supuse por su pantera, por las escaleras. Ver su caída me dejó completamente shockeada. Me acerqué corriendo a la chica, que yacía en el suelo, en un charco de sangre que cada vez se hacía más y más grande. Estaba muy asustada. Me arrodillé junto a ella sin importarme si me manchaba las manos o no. Levanté su cabeza y examnié la profunda herida que soltaba sangre a borbotones. Me temblaban las manos. No sabía donde estaba la enfermería, pero me heché la chica a la espalda como pude y le hice señas a la pantera para que me siguiera. Aúnque no conocía a la chica, era demasiado buena samaritana.

Me comprendió y junto con Cookie, hechamos a correr por los pasillos, en busca de una enfermería. En la primera planta no había visto ninguna puerta que diera a una, así que tal vez había alguna en la segunda planta..., quizás debía contactar con un profesor...¿Pero donde podía encontrar uno? Sentí la sengre de la chica empezar a empaparme la espalda. Realmente me sentía perdida.
Dejé el vestíbulo a tras con rapidez, mientras subía las escaleras. Mis pasos nerviosos resonaban por todos lados, inquietandome más aún. Sólo esperaba que la herida no fuese tan grave como pintaba...

Tema: Re: El recibidor Dom Jul 19, 2009 10:53 pm

Entre en la escuela temblorosa de lo que allí me esperaba, volver a empezar ota vez, tener que trabar nuevas amistades...
¿Y si les caya mal a los profesores?
Había llegado cansada, siempre era cansado viajar desde Francia hacía Inglaterra, pense que sería mejor no pensar, así de simple, de esa manera no tendría esos pensamientos tan desalentadores.
Era casi la hora de cenar, pero no tenia ni pizca de hambre, simplemente quería encontrar el lugar en donde me alojaria.
El cansancio se sumaba al peso del baul.
Estaba a mitad del recibidor, cuando decidi echarle una ojeada al lugar en el que me encontaba, y la verdad es que era hermoso, pero grande, al igual que el restro del castillo.
Mis ojos empezaban a cerrarse lentamente, pero no era de buena señorita dormirse en publico, y menos depie, así que me arrastre hacía las escaleras.

Tema: Re: El recibidor Lun Jul 20, 2009 3:27 pm

Crucé la puerta hacia el interior del castillo donde me seguía mi gran compañero Aleu, que portaba mis pertenencias en un gran morral. El camino había sido duro pero gracias a Dios no me fué tan difícil encontrar el lugar.
A primera vista no ví a nadie, así que crucé la sala para adentrarme en el castillo e investigar un poco, a ver si encontraba alguien que me pudiese ser de ayuda. Estaba bastante cansada y desorientada.

Tema: Re: El recibidor Jue Jul 23, 2009 7:11 pm

Y yo seguía en mis treces, dejando mi baúl en un rincón, cerrado a cal y canto... pero sin estar en el lugar indicado. La verdad, en aquel momento me dio absolutamente igual. Ya lo subiría luego, no tenía prisa, ahora sólo tenía que cambiarme de ropa, descansar, olvidar...
Solté un grito mientras le daba un poderoso golpe con el puño cerrado a mi baúl. Me pasé una mano por el rostro.
Dios santo, cálmate...
Tragué saliva, y recuperando los papeles, me agaché para coger la el candado y abrirlo con la llave que llevaba colgando del cuello. Una vez lo hice, eché un vistazo general a mis prendas, escogiendo qué iba a llevar. No era algo que me importase mucho, pero tampoco me hacía gracia ir como una indecente.
Ya ni me fijé en que la totalidad de mi ropa era negra, ni siquiera me digné en recordar lo que siempre ocupaba mi mente, y sencillamente, me hice con otro vestido, de falda corta y vaporosa y con corsé negro por encima de una blusa, también azabache, cómo no. Tras haber escogido mi ropa, me dispuse a cerrar el baúl con llave, volver a colgarmela del cuello y echar a andar hacia mis aposentos.
Pero algo consiguió llamar mi atención, y no pude evitarlo, solté una exclamación de alegría. La primera buena noticia en demasiado tiempo.
-¡Allan! -clamé, agachándome para acariciar el blanco pelaje de mi zorro albino... aunque ahora mismo, de blanco conservaba bien poco- Dios mío, maldito granuja, estás asqueroso... -a él parecía darle igual, porque siguió restregándose a mis manos.
Me incorporé totalmente, y eché a andar, con un silbido, le indiqué que me siguiese. Y así hizo.
Ambos caminamos a unos baños dónde asearnos.

Cantidad de envíos : 11 Fecha de inscripción : 20/07/2009

Confusa, atravieso las puertas del recibidor. Cargo a mi espalda con una pequeña bolsa de viaje atestada de ropa y objetos personales, pero no traigo conmigo ningún recuerdo. El rostro de alguien que supongo que es mi madre despidiéndose, pero parece que hayan transcurrido siglos desde entonces. Camino despacio, trémula, mirando en todas direcciones. Bonita decoración; algo recargada y con demasiadas dosis de misterio, pero bonita al fin y al cabo. Quizá se trate de un castillo abandonado. Me planto en mitad del recibidor.
-¿Hola? - pregunto -. ¿Hay alguien por aquí?

Tema: Re: El recibidor Lun Jul 27, 2009 2:45 am

Bajé las escaleras corriendo, repentinamente recordando que me había dejado desparramados todo el contenido de mi neceser. Al llegar al último escalón di un traspiés conmigo mismo y di con la frente en el suelo. Atontada, alcé la mirada y la centré en una joven, que vi doble, bizqueando.
-Vaya, ¿sois gemelas?- inquirí, tratando de alzarme llevando una mano al lugar de impacto. Localicé mi neceser y lo recogí con torpeza. ¿Cómo se podía ser tan inútil? Ya me había abierto la cabeza una vez, no pensaba abrírmela dos veces. Ébano (mi pantera) salió corriendo a jugar con aquella chica, ¿o eran dos? Entorné los ojos mientras el felino se desparrataba a mis pies. Desde luego, una entrada demasiado... cómo definirla... TEATRAL.
Gruñí algo parecido a una bienvenida

Cantidad de envíos : 11 Fecha de inscripción : 20/07/2009

Contemplo la entrada triunfal de la chica, con su caída, y una pantera (¿en serio tienen panteras aquí?) que se acerca a mí. Pero no me sorprende; más me inquieta la oreja izquierda de la chica (que cree que somos gemelas, algo bastante extraño teniendo en cuenta que -creo- no hay nadie a mi lado; aunque como decía alguien que no recuerdo, nunca puedes afirmar algo así) Me quedo mirando, pues, su oreja izquierda.
-No. No somos gemelas - contesto con voz dulce -. Pero tus orejas tampoco.
Sonrío.

Tema: Re: El recibidor Lun Jul 27, 2009 2:53 am

El comentario casual de ella- pues ahora verificaba que sólo habían sido imaginaciones mías- sobre mis orejas al mismo tiempo que me descolocó, me inquietó.
-Bueno- sonreí forzadamente, recordando repentinamente que no me habían enseñado modales en vano-, dado que mis orejas son desiguales, las tuyas tampoco deben ser gemelas- esbocé una sonrisa diabólica antes de inclinarme y recoger a Ébano del suelo-. Lamento si la ha molestado- otra vez aquellos dichosos modales, debería enviarlos al carajo. Debería y podría hacerlo-. Me presento, soy Hidalgo, Satán Hidalgo. Un placer- volví a sonreír de aquella manera pérfida- y él es Ébano- lo señalé, tendiéndoselo.

Cantidad de envíos : 11 Fecha de inscripción : 20/07/2009

-Oh, son desiguales, pero tu oreja izquierda es la oreja izquierda más bonita que he visto en mucho tiempo.
Sonrío con dulzura, esperando transmitirle que lo digo de verdad, con el corazón. Y es que su oreja izquierda es... ¿cómo decirlo? Irrepetible.
-¿Satán Hidalgo? Es un nombre muy varonil. Yo me llamo Susan. Susan Papp. Y no tengo ninguna pantera, creo... Pero no me ha molestado. Es muy bonita... - miro alrededor -. ¿Qué lugar es este? No tengo ni la más remota idea de cómo he llegado aquí...
Espiritual
La palabra resuena en mi cabeza y, sin darme cuenta, la digo en voz alta, ensimismada.
-Espiritual...
Mi mirada se desvía hacia donde se unen la pared y el techo. Oh, qué zona del recibidor tan hermosa. De pronto se me olvida que tengo una persona delante y me quedo contemplando aquella perfecta unión.