No hacía muy buen tiempo, y eso se notaba en el ambiente, vacío, silencioso... muerto.
Esbocé una media sonrisa, un tanto amarga. Tanto daba.
Pensaba que saliendo del castillo, alejándome un poco del lugar, lograría apartar mis penurias, craso error. No tuve sino más tiempo para pensar en ello.
Taconeé el suelo con violencia, frustrada y dolida de que aquel disgusto no se me fuera de encima.
E intenté centrarme, eso era... Necesitaba alguna prenda nueva, uno de mis vestidos sencillos había quedado casi inservible de tanto barro y sangre.
Eché rápidos vistazos a mi alrededor, pendiente.
Sin dignarme en mirar mucho, la verdad, compré lo primero que me pareció adecuado y marché de allí